El pasado fin de semana comenzó la que, para muchos, es la última quincena de las vacaciones y eso mantiene una movilidad permanente en rutas y carreteras. Pero esto también deriva en muchas viviendas deshabitadas, lo que provoca el riesgo para la comisión de delitos. Frente a esto, desde Carabineros se reiteró el llamado a la comunidad en torno a dejar sus casas encargadas a vecinos o familiares, de tal modo que no sean llamativas para los delincuentes. Un trabajo que sin duda es mancomunado. Las Instituciones funcionan en torno a la prevención mientras la comunidad aporta con información relevante a través de las denuncias. Los patrullajes mixtos han potenciado el trabajo preventivo, pero por parte de las familias es también importante, no publicar información por redes sociales a los delincuentes. Recomendaciones muy simples e importantes para seguir, y es que la idea es que el período de vacaciones sea un momento de descanso, de tranquilidad, de estar en familia. Y no de encontrarse con la mala noticia de que fueron víctimas de un delito. Otra cosa importante, es la responsabilidad y autocuidado al momento de circular por las rutas y carreteras para evitar la ocurrencia de accidentes.
En el Centro Cultural de Los Andes se dio inicio al programa “Visibilizando la salud mental de las mujeres cuidadoras”, un programa desarrollado por la oficina de la discapacidad de Los Andes para mujeres que deben aprender técnicas de autocuidado y sobrellevar el estrés ocasionado por el cuidado de otros. Este programa fue adjudicado previa postulación al Servicio Nacional de Discapacidad (SENADIS) por profesionales expertos en temas de salud mental. Y consiste en 11 sesiones que duran 2 horas, en grupos de 20 mujeres, trata de canalizar la sobrecarga emocional que retienen en sus labores de cuidadoras. Realizando ejercicios de relajación muscular y también aprendiendo de las emociones. Entre las discapacidades que puede tener una de las personas al cuidado de estas mujeres pueden ser personas con autismo, síndrome de Down o personas postradas en una cama. Las mujeres que asisten a estas sesiones están conformes con la ayuda que están recibiendo y notan el beneficio que reciben. Ya que no solo deben cuidar de otros sino de ellas mismas también.
El pasado fin de semana comenzó la que, para muchos, es la última quincena de las vacaciones y eso mantiene una movilidad permanente en rutas y carreteras. Pero esto también deriva en muchas viviendas deshabitadas, lo que provoca el riesgo para la comisión de delitos. Frente a esto, desde Carabineros se reiteró el llamado a la comunidad en torno a dejar sus casas encargadas a vecinos o familiares, de tal modo que no sean llamativas para los delincuentes. Un trabajo que sin duda es mancomunado. Las Instituciones funcionan en torno a la prevención mientras la comunidad aporta con información relevante a través de las denuncias. Los patrullajes mixtos han potenciado el trabajo preventivo, pero por parte de las familias es también importante, no publicar información por redes sociales a los delincuentes. Recomendaciones muy simples e importantes para seguir, y es que la idea es que el período de vacaciones sea un momento de descanso, de tranquilidad, de estar en familia. Y no de encontrarse con la mala noticia de que fueron víctimas de un delito. Otra cosa importante, es la responsabilidad y autocuidado al momento de circular por las rutas y carreteras para evitar la ocurrencia de accidentes.
En el Centro Cultural de Los Andes se dio inicio al programa “Visibilizando la salud mental de las mujeres cuidadoras”, un programa desarrollado por la oficina de la discapacidad de Los Andes para mujeres que deben aprender técnicas de autocuidado y sobrellevar el estrés ocasionado por el cuidado de otros. Este programa fue adjudicado previa postulación al Servicio Nacional de Discapacidad (SENADIS) por profesionales expertos en temas de salud mental. Y consiste en 11 sesiones que duran 2 horas, en grupos de 20 mujeres, trata de canalizar la sobrecarga emocional que retienen en sus labores de cuidadoras. Realizando ejercicios de relajación muscular y también aprendiendo de las emociones. Entre las discapacidades que puede tener una de las personas al cuidado de estas mujeres pueden ser personas con autismo, síndrome de Down o personas postradas en una cama. Las mujeres que asisten a estas sesiones están conformes con la ayuda que están recibiendo y notan el beneficio que reciben. Ya que no solo deben cuidar de otros sino de ellas mismas también.