Enmarcado en el Día Mundial del Sueño, celebrado cada 15 de marzo, toman relevancia los hábitos saludables para un descanso óptimo y el bienestar general. Expertos en salud destacan que una buena calidad de sueño no solo es vital para el descanso del cuerpo, sino que también desempeña un papel fundamental en la prevención de enfermedades crónicas. La falta de sueño puede aumentar el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, obesidad y trastornos mentales, entre otros. Y es que el sueño es una necesidad biológica. Durante estos períodos, el cuerpo se repara y regenera, y el sistema inmunológico se fortalece, resultando fundamental para la salud física y mental a largo plazo. El estrés, los horarios irregulares, el uso excesivo de dispositivos electrónicos antes de dormir y una mala alimentación son solo algunos de los factores que pueden afectar negativamente la calidad del sueño Pero el ritmo de vida, hace que muchas personas no consigan el descanso recomendado de entre siete y ocho horas, en el caso de los adultos y entre 8 y 12 horas en niños y adolescentes. Las consecuencias inmediatas son el cansancio, la falta de energía y afecciones como dolor de cabeza, y a mediano plazo la irritabilidad y el estrés. Por otro lado, los expertos advierten sobre la importancia de buscar ayuda médica si se experimentan problemas persistentes de sueño, como insomnio o apnea del sueño, ya que estos trastornos pueden tener graves consecuencias para la salud si no se tratan adecuadamente.
Enmarcado en el Día Mundial del Sueño, celebrado cada 15 de marzo, toman relevancia los hábitos saludables para un descanso óptimo y el bienestar general. Expertos en salud destacan que una buena calidad de sueño no solo es vital para el descanso del cuerpo, sino que también desempeña un papel fundamental en la prevención de enfermedades crónicas. La falta de sueño puede aumentar el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, obesidad y trastornos mentales, entre otros. Y es que el sueño es una necesidad biológica. Durante estos períodos, el cuerpo se repara y regenera, y el sistema inmunológico se fortalece, resultando fundamental para la salud física y mental a largo plazo. El estrés, los horarios irregulares, el uso excesivo de dispositivos electrónicos antes de dormir y una mala alimentación son solo algunos de los factores que pueden afectar negativamente la calidad del sueño Pero el ritmo de vida, hace que muchas personas no consigan el descanso recomendado de entre siete y ocho horas, en el caso de los adultos y entre 8 y 12 horas en niños y adolescentes. Las consecuencias inmediatas son el cansancio, la falta de energía y afecciones como dolor de cabeza, y a mediano plazo la irritabilidad y el estrés. Por otro lado, los expertos advierten sobre la importancia de buscar ayuda médica si se experimentan problemas persistentes de sueño, como insomnio o apnea del sueño, ya que estos trastornos pueden tener graves consecuencias para la salud si no se tratan adecuadamente.