En Chile, el Día de la Educación Parvularia se conmemora el 22 de noviembre como una oportunidad para reconocer la labor de los educadores de párvulos, quienes se dedican a atender a los niños y niñas desde su nacimiento hasta su ingreso a la educación básica. En este contexto, el Jardín Ábaco de Los Andes decidió celebrar esta significativa fecha con una entretenida jornada en la Granja Educativa de la comuna de San Esteban, donde los más pequeños pudieron disfrutar de una experiencia única en contacto con la naturaleza. Durante la visita, los niños y niñas no solo se divirtieron, sino que también aprendieron a conocer y reconocer a los animales de la granja, a través de la interacción directa con estos. A pesar de ser su día, las educadoras continuaron enseñando y motivando a los pequeños, demostrando su compromiso con la educación y el desarrollo integral de cada niño. Los padres, por su parte, expresaron el agradecimiento por el trabajo que día a día realizan las educadoras, quienes apoyan su rol insustituible como primeras educadoras. Sin embargo, a pesar de estas celebraciones, aún queda mucho por hacer en el ámbito de la educación parvularia, que a menudo queda relegada en el debate educativo nacional. Es fundamental que se atiendan las necesidades de este sector, asegurando que se brinde el apoyo necesario para el desarrollo de aprendizajes significativos, tanto para los niños como las familias, quienes juegan un papel importante en el proceso educativo desde los primeros años de vida.
En Chile, el Día de la Educación Parvularia se conmemora el 22 de noviembre como una oportunidad para reconocer la labor de los educadores de párvulos, quienes se dedican a atender a los niños y niñas desde su nacimiento hasta su ingreso a la educación básica. En este contexto, el Jardín Ábaco de Los Andes decidió celebrar esta significativa fecha con una entretenida jornada en la Granja Educativa de la comuna de San Esteban, donde los más pequeños pudieron disfrutar de una experiencia única en contacto con la naturaleza. Durante la visita, los niños y niñas no solo se divirtieron, sino que también aprendieron a conocer y reconocer a los animales de la granja, a través de la interacción directa con estos. A pesar de ser su día, las educadoras continuaron enseñando y motivando a los pequeños, demostrando su compromiso con la educación y el desarrollo integral de cada niño. Los padres, por su parte, expresaron el agradecimiento por el trabajo que día a día realizan las educadoras, quienes apoyan su rol insustituible como primeras educadoras. Sin embargo, a pesar de estas celebraciones, aún queda mucho por hacer en el ámbito de la educación parvularia, que a menudo queda relegada en el debate educativo nacional. Es fundamental que se atiendan las necesidades de este sector, asegurando que se brinde el apoyo necesario para el desarrollo de aprendizajes significativos, tanto para los niños como las familias, quienes juegan un papel importante en el proceso educativo desde los primeros años de vida.