A más de 24 horas de la emergencia que generó caos en el damero central de Los Andes, aún no se han establecido las causas ni el origen de la emanación de productos tóxicos. La investigación continúa a cargo de Bomberos y la Autoridad Sanitaria. Desde esta última entidad, el doctor Mario Méndez confirmó a VTV Noticias que la emergencia estuvo relacionada con la presencia de un hidrocarburo. En ese contexto, cobra fuerza la hipótesis planteada durante la emergencia sobre un posible camión que transportaba Gas Licuado de Petróleo (GLP), compuesto principalmente por hidrocarburos como propano y butano. No obstante, más allá de las especulaciones, las autoridades locales han comprometido sus esfuerzos en esclarecer lo ocurrido, con el objetivo de que este caso no quede simplemente como una mala experiencia para las decenas de andinos afectados o directamente intoxicados. Una situación que, sin duda, nadie desea ser protagonista, pero que dentro de lo negativo dejó aspectos positivos, como la efectiva aplicación de los protocolos de emergencia en los recintos educativos y la destacada coordinación de los equipos de respuesta, encabezados por Bomberos. La emergencia también dejó lecciones sobre el manejo de la información. Durante las horas más críticas, circularon múltiples versiones infundadas: una supuesta fuga de gas en la biblioteca, una rotura de cañería en zonas de instalación de semáforos e incluso un corte masivo de energía, ninguna de las cuales fue real. Estos rumores, amplificados por redes sociales, solo aumentaron la confusión y el temor en la comunidad. Por eso, una de las conclusiones más claras es la necesidad de recurrir siempre a fuentes oficiales y canales formales de comunicación. En tiempos de crisis, estar bien informados no solo permite actuar con calma y responsabilidad, sino que también puede marcar la diferencia entre el caos y el control.
A las 8:30 de la mañana, Bomberos de Los Andes comenzó a recibir múltiples llamados desde distintos sectores del damero central de la ciudad, alertando sobre un fuerte y extraño olor en el ambiente. Las unidades de emergencia se desplegaron inicialmente en el Liceo Comercial y el Liceo República Argentina, siendo este último el más afectado. En el lugar, docentes y estudiantes presentaron síntomas como mareos, vómitos y signos de intoxicación, siendo evacuados por personal de Bomberos y atendidos por equipos del SAMU y del Instituto de Seguridad del Trabajo (IST). Mientras los equipos trabajaban en esos puntos críticos, las llamadas de alerta continuaban llegando, lo que indicaba una emergencia de mayor envergadura. Ante este escenario, se decretó el acuartelamiento general de Bomberos, dado que la situación comenzaba a volverse extrema. Lo que parecía una nube tóxica comenzó a desplazarse por las principales arterias del centro: primero por avenida Independencia, luego Las Heras, Freire, Rodríguez y Avenida Argentina. Esto obligó a la evacuación preventiva de numerosos establecimientos, entre ellos el Liceo Comercial, República Argentina, Técnico Amancay, Jardín Infantil Pamolitas, Liceo Mixto Básica Uno, Cambridge College, Colegio Alcázar, Instituto Chacabuco y Escuela San José. La evacuación fue ordenada directamente por Bomberos, con el objetivo de evitar riesgos mayores. Aunque el origen del problema no se encontraba en ninguno de los recintos educativos, el aire contaminado ingresó a las salas, generando afectaciones a la salud de estudiantes, profesores y funcionarios. Muchos alumnos no comprendían la magnitud de la situación. Con la activación de los protocolos de seguridad, las comunidades fueron guiadas a zonas seguras, pero varios pensaron que se trataba de un simulacro o ejercicio de rutina, debido al despliegue de vehículos de emergencia. Con el paso de las horas y en medio del caos generado por la emergencia -que provocó gran congestión vehicular, sirenas constantes y un centro prácticamente paralizado- gente llegaba también de manera particular hasta el servicio de urgencias del hospital con signos de intoxicación. De manera paralela, comenzaron a circular versiones erróneas. Una de las más difundidas a través de WhatsApp indicaba que se trataba de una fuga de gas provocada por trabajos en la Biblioteca Pública, versión que fue desmentida rápidamente por el municipio Inicialmente, se habló de una nube tóxica que se desplazaba por el centro, pero posteriormente surgió una nueva hipótesis: un camión cisterna que transportaba gas licuado (GLP) habría tenido una fuga, dejando rastros del combustible en el pavimento, el cual habría sido empujado por el viento, generando la emergencia ambiental. En todo caso, hasta el cierre de esta edición, bomberos continuaba trabajando en determinar fehacientemente el origen y causa de la emergencia que puso en alerta a todo el damero central de Los Andes.
A más de 24 horas de la emergencia que generó caos en el damero central de Los Andes, aún no se han establecido las causas ni el origen de la emanación de productos tóxicos. La investigación continúa a cargo de Bomberos y la Autoridad Sanitaria. Desde esta última entidad, el doctor Mario Méndez confirmó a VTV Noticias que la emergencia estuvo relacionada con la presencia de un hidrocarburo. En ese contexto, cobra fuerza la hipótesis planteada durante la emergencia sobre un posible camión que transportaba Gas Licuado de Petróleo (GLP), compuesto principalmente por hidrocarburos como propano y butano. No obstante, más allá de las especulaciones, las autoridades locales han comprometido sus esfuerzos en esclarecer lo ocurrido, con el objetivo de que este caso no quede simplemente como una mala experiencia para las decenas de andinos afectados o directamente intoxicados. Una situación que, sin duda, nadie desea ser protagonista, pero que dentro de lo negativo dejó aspectos positivos, como la efectiva aplicación de los protocolos de emergencia en los recintos educativos y la destacada coordinación de los equipos de respuesta, encabezados por Bomberos. La emergencia también dejó lecciones sobre el manejo de la información. Durante las horas más críticas, circularon múltiples versiones infundadas: una supuesta fuga de gas en la biblioteca, una rotura de cañería en zonas de instalación de semáforos e incluso un corte masivo de energía, ninguna de las cuales fue real. Estos rumores, amplificados por redes sociales, solo aumentaron la confusión y el temor en la comunidad. Por eso, una de las conclusiones más claras es la necesidad de recurrir siempre a fuentes oficiales y canales formales de comunicación. En tiempos de crisis, estar bien informados no solo permite actuar con calma y responsabilidad, sino que también puede marcar la diferencia entre el caos y el control.
A las 8:30 de la mañana, Bomberos de Los Andes comenzó a recibir múltiples llamados desde distintos sectores del damero central de la ciudad, alertando sobre un fuerte y extraño olor en el ambiente. Las unidades de emergencia se desplegaron inicialmente en el Liceo Comercial y el Liceo República Argentina, siendo este último el más afectado. En el lugar, docentes y estudiantes presentaron síntomas como mareos, vómitos y signos de intoxicación, siendo evacuados por personal de Bomberos y atendidos por equipos del SAMU y del Instituto de Seguridad del Trabajo (IST). Mientras los equipos trabajaban en esos puntos críticos, las llamadas de alerta continuaban llegando, lo que indicaba una emergencia de mayor envergadura. Ante este escenario, se decretó el acuartelamiento general de Bomberos, dado que la situación comenzaba a volverse extrema. Lo que parecía una nube tóxica comenzó a desplazarse por las principales arterias del centro: primero por avenida Independencia, luego Las Heras, Freire, Rodríguez y Avenida Argentina. Esto obligó a la evacuación preventiva de numerosos establecimientos, entre ellos el Liceo Comercial, República Argentina, Técnico Amancay, Jardín Infantil Pamolitas, Liceo Mixto Básica Uno, Cambridge College, Colegio Alcázar, Instituto Chacabuco y Escuela San José. La evacuación fue ordenada directamente por Bomberos, con el objetivo de evitar riesgos mayores. Aunque el origen del problema no se encontraba en ninguno de los recintos educativos, el aire contaminado ingresó a las salas, generando afectaciones a la salud de estudiantes, profesores y funcionarios. Muchos alumnos no comprendían la magnitud de la situación. Con la activación de los protocolos de seguridad, las comunidades fueron guiadas a zonas seguras, pero varios pensaron que se trataba de un simulacro o ejercicio de rutina, debido al despliegue de vehículos de emergencia. Con el paso de las horas y en medio del caos generado por la emergencia -que provocó gran congestión vehicular, sirenas constantes y un centro prácticamente paralizado- gente llegaba también de manera particular hasta el servicio de urgencias del hospital con signos de intoxicación. De manera paralela, comenzaron a circular versiones erróneas. Una de las más difundidas a través de WhatsApp indicaba que se trataba de una fuga de gas provocada por trabajos en la Biblioteca Pública, versión que fue desmentida rápidamente por el municipio Inicialmente, se habló de una nube tóxica que se desplazaba por el centro, pero posteriormente surgió una nueva hipótesis: un camión cisterna que transportaba gas licuado (GLP) habría tenido una fuga, dejando rastros del combustible en el pavimento, el cual habría sido empujado por el viento, generando la emergencia ambiental. En todo caso, hasta el cierre de esta edición, bomberos continuaba trabajando en determinar fehacientemente el origen y causa de la emergencia que puso en alerta a todo el damero central de Los Andes.