Hace solo unos días, el país entero celebraba con abrazos y sonrisas haber superado con creces la meta de la Teletón. Sin embargo, mientras eso ocurría, en la comuna de Calle Larga, Juan Andrés Ponce Vergara enfrentaba la peor de sus pesadillas. Desde la casa #120 del pasaje El Esfuerzo, en la villa Los Aromos, este hombre de 38 años sobrevive en condiciones extremas. Su tragedia comenzó el 1 de enero de 2014, cuando un salto al mar en la playa Caleta Portales terminó en un accidente que lo dejó tetrapléjico. Sin redes de apoyo sólidas, Juan Andrés vive prácticamente en el abandono. Su hermana lo visita ocasionalmente y un vecino, un adulto mayor, ha asumido el rol de cuidador. Aunque recibe visitas médicas esporádicas, la atención dice, es insuficiente. Hace apenas unos días, fue víctima de un episodio estremecedor: los ratones comenzaron a morder sus pies sin que él lo notara, dado que no siente su cuerpo, y solo se percató al día siguiente. En ocasiones, con ayuda, logra salir de su hogar. En su silla de ruedas especial, se desplaza hasta Los Andes para vender aromatizantes de auto y así obtener algo de dinero. Sin embargo, el simple hecho de salir de su casa es un calvario: el camino que lo conecta con la ruta principal es de piedras, lo que hace casi imposible su traslado. Su cama es una cama común, cuando lo mínimo que necesita es un catre clínico o un colchón anti escaras. Aunque algunos amigos que conoció en el Centro Esperanza Nuestra de Los Andes le llevan alimentos, su situación sigue siendo crítica. Lo que realmente necesita es una intervención urgente para mejorar sus condiciones de vida. Como sociedad, cargamos con una deuda. Este vecino aconcagüino necesita un apoyo que no puede esperar más. Las formas de ayudar son diversas: aportes económicos a la cuenta RUT 16305945-2 de Juan Ponce o donaciones de mercadería en el Centro Esperanza Nuestra, ubicado en avenida Argentina #148, Los Andes. Cualquier ayuda será infinitamente mejor que lo que hoy tiene: prácticamente nada.
Hace solo unos días, el país entero celebraba con abrazos y sonrisas haber superado con creces la meta de la Teletón. Sin embargo, mientras eso ocurría, en la comuna de Calle Larga, Juan Andrés Ponce Vergara enfrentaba la peor de sus pesadillas. Desde la casa #120 del pasaje El Esfuerzo, en la villa Los Aromos, este hombre de 38 años sobrevive en condiciones extremas. Su tragedia comenzó el 1 de enero de 2014, cuando un salto al mar en la playa Caleta Portales terminó en un accidente que lo dejó tetrapléjico. Sin redes de apoyo sólidas, Juan Andrés vive prácticamente en el abandono. Su hermana lo visita ocasionalmente y un vecino, un adulto mayor, ha asumido el rol de cuidador. Aunque recibe visitas médicas esporádicas, la atención dice, es insuficiente. Hace apenas unos días, fue víctima de un episodio estremecedor: los ratones comenzaron a morder sus pies sin que él lo notara, dado que no siente su cuerpo, y solo se percató al día siguiente. En ocasiones, con ayuda, logra salir de su hogar. En su silla de ruedas especial, se desplaza hasta Los Andes para vender aromatizantes de auto y así obtener algo de dinero. Sin embargo, el simple hecho de salir de su casa es un calvario: el camino que lo conecta con la ruta principal es de piedras, lo que hace casi imposible su traslado. Su cama es una cama común, cuando lo mínimo que necesita es un catre clínico o un colchón anti escaras. Aunque algunos amigos que conoció en el Centro Esperanza Nuestra de Los Andes le llevan alimentos, su situación sigue siendo crítica. Lo que realmente necesita es una intervención urgente para mejorar sus condiciones de vida. Como sociedad, cargamos con una deuda. Este vecino aconcagüino necesita un apoyo que no puede esperar más. Las formas de ayudar son diversas: aportes económicos a la cuenta RUT 16305945-2 de Juan Ponce o donaciones de mercadería en el Centro Esperanza Nuestra, ubicado en avenida Argentina #148, Los Andes. Cualquier ayuda será infinitamente mejor que lo que hoy tiene: prácticamente nada.